El melancólico viajero Giuvanninu nos llevó con sus palabras, sus sonidos y sus canciones a un arcaico mundo de pescadores, de campesinos, de amantes, de oprimidos. Historias y poemas musicales de una Sicilia que ya casi no existe, contadas por Bruno Martinico, una voz y una guitarra de auténtica sangre siciliana en viaje por el mediterráneo.



